Triana recupera otro corral
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J. Alonso
Torrijos, junto a Antonio Dechén y Gabriel Báez visitan el corral de la Encarnación. - Jonathan Palanco / ATESE
El histórico recinto de Pagés del Corro podrá ser habitado antes del verano
La casa tapón y el corral de la Encarnación, ubicado en los números 122 y 124 de Pagés del Corro, podrán volver a ser habitados antes del verano. Seis años después de que el Ayuntamiento adquiriera el deteriorado edificio y de que sus vecinos fueran realojados, las obras fueron recepcionadas, y todo queda ya sólo pendiente de la instalación del mobiliario. Cuando abra finalmente sus puertas, tres familias, ahora realojadas a sólo unos metros, en otro corral, el del Cura, volverán a sus hogares. Y otras once podrán residir temporalmente en unos pisos nuevos, con un diseño que mezcla el “loft neoyorkino con el corral trianero” por una cuantía que no podrá rebasar el 5% de sus ingresos.
Ayer fue el día del esperado estreno. La casa tapón, un edificio del siglo XVI y el corral, reflejo de un modo de vida tradicional en el barrio en el siglo XX lucen ya su nueva imagen. Un patio abierto rodeado de dos hileras de viviendas de una y dos habitaciones, con dos alturas unidas por una escalera interior y con un techo a dos aguas, encabezado por un espacio multiusos de grandes ventanas. En el otro extremo, una fuente que marca el acceso hacia una azotea en la que se podrán desarrollar todo tipo de actividades.
Los vecinos, a los que ya se ha avisado de que podrán regresar a sus viviendas antes del verano, recorrían satisfechos el corral que ellos dejaron prácticamente destrozados. Especial protagonismo tuvieron algunos de ellos, los familiares de Eduardo Corriente, un “símbolo” del corral, como señaló el delegado de Infraestructuras para la Sostenibilidad, Antonio Rodrigo Torrijos. El broche a la obra será, de hecho, la colocación de una placa que recuerde a este vecino. Una propuesta que fue recibida entre aplausos por los familiares que acudieron al acto de inauguración del corral.
Los vecinos incluso consiguieron robarle protagonismo al actor Antonio Dechén, quien acudió invitado por IU y a quien se le encomendó una misión: buscar opciones para dar usos a la nueva sala que tendrá el barrio en la casa tapón, desde la que se puede observar todo el corral. No sólo su estructura, también la vida de sus vecinos. De momento, el Consistorio pretende inaugurar la sala con una exposición denominada Corraleras, dedicada a reivindicar el papel de la mujer en los corrales de vecinos.Una vez recepcionada la obra, el edificio, que fue catalogado como lugar de interés etnológico en 1995, pasará a formar parte del parque social de viviendas gestionado por la Oficina Técnica de Atención al Inquilino en Situación de Abuso (Otainsa), un organismo dependiente de Urbanismo y dirigido por Ángel Monge.
“Este es un ejemplo del modelo que defendemos desde IU y que contrasta con el sistema especulativo. Hemos conseguido que un edificio que presentaba un estado muy deficiente de conservación y con el que la empresa propietaria pretendía especular se haya convertido en un inmueble destinado a vivienda social de primerísimo nivel de calidades”, afirmó Torrijos, quien incidió en que de los 1,5 millones que ha costado la obra, el Consistorio sólo ha tenido que abonar 500.000 euros.
Es el coste de una rehabilitación que permitirá regresar a sus hogares a tres familias, que compartirán el corral con otras once con escasos recursos.
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