Para llegar a los orígenes del vermut tendríamos que remontarnos hasta la antigua Grecia, donde Hipócrates se puso a macerar vino con ajenjo y díctamo, dando como resultado algo parecido a lo que bebemos hoy. Sin embargo, la invención del vermut que todos conocemos se debe a los italianos Antonio y Beneditto Carpano en Milán.
Es tan grande el placer de beber un vermut, que incluso existe la expresión “la hora del vermut”, aunque a nosotros nos entra bien en cualquier momento del día, especialmente si lo disfrutamos en uno de estos lugares:
La Casa Fundida
Este pequeño local en el mercado de Triana es el lugar perfecto para plantarte una mañana de sábado después de hacer las compras pertinentes. Tienen una carta de vinos y cervezas muy buena, pero nosotros siempre nos pedimos un vermut con una tapa de pollo rumbero.
Mercado de Triana (Plaza del Altozano. Puesta 46)