Condenado a 14 años el acusado de matar al dueño del bar 'La Pará' de Triana
EUROPA PRESS, Sevilla Actualizado 13/12/2009 17:02
La Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a 14 años de prisión a D.C.M., acusado del homicidio del bar La Pará de Triana, donde falleció un camarero chino de 33 años en la primavera del pasado año 2008.
Según relata la Sala en la sentencia, desde al menos el mes de abril de 2008 el acusado realizó labores de vigilancia del referido bar, llegando incluso a entrar varias veces como cliente con el objeto de averiguar las medidas de seguridad, objetos de valor existentes y rutinas, horarios y costumbres de los dueños, "para decidir si se apoderaba de cuantos objetos de valor hallara en su interior".
En este sentido, señala que, una vez decidida la comisión del robo, y "con el fin de poder trasladar los efectos de que pensaba apoderarse", se apropió el día 21 de mayo de la furgoneta que su dueño, E.G., había dejado estacionada en la calle Montercamelo, abierta y con las llaves en su interior.
Al hilo de ello, indica que, sobre las 23:00 horas del 24 de mayo de 2008, el procesado entró en el bar La Pará pidiendo una consumición en la barra, añadiendo que, minutos más tarde, y al observar que había quedado un estacionamiento libre delante de la puerta del establecimiento, el condenado sacó dos taburetes del mismo y los colocó sobre la vía, abandonando el local para volver a bordo del vehículo sustraído y aparcarlo en el referido estacionamiento.
A continuación, el acusado volvió de nuevo a su sitio en la barra esperando a que no quedase ningún cliente más. Así, cuando el dueño del bar se disponía a cerrar, el procesado -único cliente en esos momentos--se dirigió a la víctima y, con un arma blanca, le asestó varias puñaladas que acabaron con su vida.
Tres billetes chinos en la casa del homicida
Según relata la Sala, "eliminada toda posible resistencia", el acusado se apoderó de un televisor, de un aparato descodificador, de un ordenador portátil, del dinero de la caja registradora y de la recaudación del teléfono público que había dentro del local, cargando posteriormente todos los efectos dentro de la furgoneta sustraída.
Tras ello, apagó todas las luces del interior y salió del local cerrando con llave la puerta, todo ello "con la finalidad de evitar que alguien, desde la calle, pudiera darse cuenta de lo ocurrido en el interior". El procesado fue detenido el 28 de mayo de 2008, hallándose en el interior de su domicilio tres billetes chinos, así como un frasco de rimel y una gomilla del pelo, propiedad de la mujer del fallecido y que ésta guardaba en el interior de la caja registradora.
Por todos estos hechos, la Audiencia condena al procesado a diez años de prisión por un delito de homicidio; a tres años y seis meses por el delito de robo, y a seis meses de cárcel por el delito de hurto, así como al pago de 220.000 euros a la pareja de la víctima en concepto de indemnización.
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