lunes, 11 de abril de 2011

Los vecinos de «Torrijos» no caben en su calle - abcdesevilla.es

 

La reordenación de Triana desplaza a una vía demasiado estrecha el tráfico que antes pasaba por San Jacinto

Día 11/04/2011

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A. ESTRELLA YÁÑEZ

SEVILLA

La reordenación del tráfico en Triana acometida tras la peatonalización del primer tramo de San Jacinto ha desviado a la estrecha calle Santísimo Cristo de las Tres Caídas, que hasta hace un mes se llamaba Torrijos, buena parte del tráfico que antes salía a las calles Pureza y Betis por San Jacinto o por la también peatonalizada calle Vázquez de Leca.

El problema que aducen los vecinos de la zona es que la calle Torrijos, como se le sigue llamando en el barrio, es muy estrecha, tanto que en uno de sus tramos mide sólo 1,70 de ancho y los peatones no pueden transitar al mismo tiempo que los coches. De hecho a algunos vehículos les resulta muy complicado el paso, hasta el punto de que se ha incoado un proceso judicial porque hace poco un camión quedó empotrado en la calle sin poder salir.

La calle siempre ha sido igual de estrecha, pero antes no estaba tan transitada, por eso es ahora cuando se están sucediendo los problemas.

Atropellos

La cocinera del bar Blanco Cerrillo radicado en la citada vía relató a ABC que un día, cuando iba pasando hacia el trabajo, un coche la enganchó por el bolso con el espejo retrovisor, de lo estrecha que es la calle y lo difícil, porno decir imposible, que es el paso de los peatones cuando circulan vehículos. También, el pasado día 31 de marzo, un coche estuvo a punto de atropellar a un niño que iba con su padre y éste se enzarzó con el conductor en una pelea de modo que tuvo que intervenir la Policía Nacional.

Y no es este el único atropello sucedido en la calle, pues hay otros que están incluso en sede judicial, por no hablar de los destrozos que el paso de los vehículos ocasiona en las fachadas de las casas, especialmente en la esquina con la calle Pureza, como se aprecia en la imagen.

El encargado del bar dice que ya han tenido que arreglar varias veces los rótulos luminosos y la máquina del aire acondicionado que sobresalen de la fachada, porque los coches y especialmente las furgonetas al pasar los derriban sin darse cuenta.

El paso por la calle se hace aún más difícil para las personas mayores, denunció a ABC Concepción Rodríguez, vecina de la zona que frecuenta la calle por las mañanas cuando va a la compra. «Casi no podemos pasar, así nos lo han puesto», dice la vecina con resignación.

Inseguridad y escándalo

Pero no todos los afectados están dispuestos a conformarse con la situación de inseguridad y escándalo que hay continuamente en la calle, donde son corrientes los atascos de coches que entran y no pueden después salir, ocasionando ruidos de pitidos muy molestos para los vecinos. Además en la calle hay una residencia de Cáritas y los vecinos dicen que las personas allí ingresadas sufren tantas molestias que no pueden descansar.

Los residentes han formado una plataforma que recoge firmas, ya llevan más de 500, para pedir la peatonalización de esta calle, pues dada la reordenación viaria del distrito es la única fórmula que se les ocurre para solucionar el problema de paso y la peligrosidad de la vía.

«El brillante proyecto de la ciudad de las personas convierte una calle de 1,70 metros de anchura en una vía de acceso fundamental a calles transitadas como Pureza y Betis, calle en la que ni siquiera cabe un coche de 1,80 metros», dice David Andana, portavoz de los afectados.

Andana indicó que los comerciantes de la zona también están participando en la iniciativa y que para reclamar al Ayuntamiento que solucione el problema el colectivo está dispuesto a convocar movilizaciones como concentraciones y el corte de la citada calle Torrijos «porque la situación que se ha creado con el corte de la calle es insoportable».

El portavoz explicó que una vez que el Gobierno local peatonalizó la calle San Jacinto «tiene la brillante idea de peatonalizar una calle llamada Vázquez de Leca que es donde se encuentra la Iglesia de Santa Ana y, con esta forma de ordenar el tráfico, convierte a la calle Torrijos en la única vía de acceso a las Calles Betis y Pureza a excepción del puente de Triana». Agregó que de este modo toda persona que circule con su coche y no provenga del Puente de Triana, solo puede acceder a las Calles Betis, Pureza y Pelay Correa por dos vías o rodeando todo el barrio de Triana, y entrando desde Chapina, junto al puente del Cachorro, o bien, por la Calle Torrijos, actual Cristo de las Tres Caídas.

«Evidentemente por cercanía —agregó David Andana— se utiliza la calle Torrijos, y la salida natural que antes era San Jacinto, ha sido sustituida literalmente por una calle cuya anchura es de 1,70 metros y en cuyo final no caben peatones y coches; es más ni siquiera caben los coches, que en varias ocasiones se han quedado atrapados en la calle sin poder recular, formándose auténticos escándalos con las calles aledañas colapsadas».

El tramo anterior de la calle Torrijos se llama Luca de Tena y parte desde Pagés del Corro para terminar en la confluencia con Rodrigo de Triana. A partir de ahí toma el nombre de Santísimo Cristo de las Tres Caídas y empieza a estrecharse.

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