Creo que David es el único soldado caído en Vietnam que tiene el privilegio de ir en ese tramo de cera azul, cerca de la Virgen de la Estrella." Los héroes americanos reciben una estrella como condecoración. Pero como ésta, ninguna.
La Estrella de David
César Rufino Actualizado 17/04/2011 08:51
Recordarán la historia que les narraba El Correo hace unos días; la maravillosa sucesión de episodios que permitieron que una familia americana de Crosby, Dakota del Norte, recibiera la chapa de su hijo muerto en Vietnam cuarenta años antes. Un caso que tiene dos protagonistas: el soldado David Elsbernd y su tocayo sevillano David Benítez, que fue quien protagonizó esta odisea movido por un extraño sentimiento y guiado por lo que un creyente consideraría, sin la menor duda, una clara manifestación de la Providencia. Ahora, The Journal, el rotativo de aquel estado norteamericano donde nació la noticia, recoge el reportaje de El Correo y revive para los vecinos de Crosby la historia más bella en que jamás vieran transformarse una tragedia local, como fue la el primer entierro que Vietnam provocó allí.
La crónica completa de los hechos está en la edición digital de El Correo . El Caso David, como se podría llamar, está lejos de haberse cerrado: por un lado, la familia del soldado y el sevillano David Benítez aún no se han encontrado físicamente. "Siempre he querido ir y sé que lo haré, pero me asusta la emoción que pueda sentir al estar ante su tumba, conocer a sus hermanos." Además, hay lazos que rozan lo religioso (al menos, para Benítez) que lo unen todo. En concreto, las coincidencias en las fechas entre la muerte de David Elsbernd y el nacimiento de David Benítez, amén de otras relativas al carácter, la profesión...Para el sevillano, narrar públicamente su historia por primera vez ha sido liberador... y algo más. ¿Cómo se sentirá? "Pues siento como si se hubiera casi cerrado el círculo, pues ya se ha publicado la historia a ambos lados del Atlántico", ha escrito él a Más Sevilla. "En mi familia todos están encantados sobre cómo la plasmaste sobre el papel y muchos de mis alumnos y compañeros de trabajo se han quedado asombrados, pues no conocían la historia (sólo algunos de ellos). Es una sensación de tranquilidad momentánea, pues el círculo se cerrará del todo cuando yo vuelva a EE.UU. y esté ante la tumba del soldado, pues entonces será cuando corrobore lo que pienso ahora: que merece la pena haber nacido para vivir esta pequeña historia."Me acuesto ya", añade David: "Me espera mi cita anual con la Virgen de la Estrella y el Cristo de las Penas, como cada año desde que nací y sin faltar ni uno solo. Una foto de David hace la estación de penitencia conmigo, dentro del bolsillo de la camisa, debajo de la túnica, en el último tramo de la Virgen, cerca del paso, lo cual es el mayor anhelo de todo hermano de la Estrella. De la calle Feria andando hasta San Jacinto, luego a la Catedral cruzando el puente y de nuevo a San Jacinto, para volver a mi casa cuando la ciudad ya duerme. Creo que David es el único soldado caído en Vietnam que tiene el privilegio de ir en ese tramo de cera azul, cerca de la Virgen de la Estrella." Los héroes americanos reciben una estrella como condecoración. Pero como ésta, ninguna.
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