Apadrina a un abueloRocío R. Gavira Actualizado 19/04/2011 14:17
Invitación para Amparo hecha por Lola / J.M. Cabrera - J.M. Cabrera
¿Qué le parecería apadrinar a un abuelo? Sí, a un abuelo. Es un nuevo proyecto impulsado por la Unidad de Día Asisttel-Aljarafe en Tomares basado en una serie de encuentros entre abuelos y niños de cuarto de Primaria.
Las protagonistas de la experiencia piloto son Amparo Centeno y Lola Urbano, de 79 y 6 años respectivamente. Aunque todavía no se ha producido oficialmente el primer encuentro entre abuelos y niños, en enero hubo unapequeña prueba piloto para que se conocieran las dos. En vista del éxito que tuvo, el primer encuentro oficial se hará en mayo con 27 abuelos del centro de día y 27 niños de cuarto de Primaria del colegio Al-Andalus de Sevilla, donde estudia Lola y cuyo jefe de estudios está encantado de colaborar en este proyecto.
Comenzar con Lola fue porque esta pequeña es la primera hija de trabajadores de Asisttel en nacer y como la que tenía la idea en la cabeza resulta ser su madre, Sonia Carmona, "para aliviar la soledad, con la vitalidad y la alegría de un niño", pues ¡manos a la obra!
¿Sabe eso de que las apariencias engañan? Al ver a Amparo que le cuesta caminar, con ayuda de su bastón, fácilmente se puede pensar que es una persona mayor que está bastante estropeá. Muchos incluso tendrán reparo en acercarse ya que por alguna extraña razón los abuelos provocan esa impresión en mucha gente y en cierta manera los aíslan. Por eso Sonia decidió crear este proyecto porque en los 8 años que lleva trabajando en Asisttel ha tenido la ocasión de darse cuenta "de una de las mayores dificultades con las se encuentra este colectivo: la soledad". Amparo afortunadamente no está sola. Tiene 4 hijos y 6 nietos, y de la pequeña de 2 años está enamoradita porque le pregunta de todo. Pero hay muchas personas que ni siquiera tienen a nadie que se acuerde de ellos.
Es una mujer que transmite su tremenda sabiduría clavándote sus ojos azules, y con una mente muy lúcida gracias al propio esfuerzo que hace ella misma por ejercitarla, por ejemplo, con la lectura: se ha leído los tres libros de Los pilares de la Tierra, y su yerno, que no se creía que leyera los libros enteros, "le decía a mi hija que yo me saltaba las páginas. Y le dije ¿sí? Pregúntame lo que quieras. ¿Qué quieres saber, esto? ¿Aquello?" Asombrado se quedó al comprobar que sí se leía los libros.
Lola es una de las pocas niñas en el mundo que tiene la suerte de tener ¡tres abuelas! Y está muy contenta con Amparo; le ha hablado de ella a todas sus amigas: "La conocí en el trabajo de mamá. Es muy presumida, lee muucho, hace gimnaaasia, me regala cositaaas" como el cuadro que tiene entre las manos hecho por la propia Amparo con un marquito de lana y goma-eva. Ese fue el regalo de bienvenida a Lola cuando se conocieron en enero. Y el de Amparo una flor hecha por la pequeña. También se intercambiaron las fichas en las que cada una describe sus aficiones, la comida que les gusta,... así cuando Amparo vaya a casa de Lola le hará paella, y Amparo le tendrá preparado chocolate y helados.
Amparo dice de Lola que es muy entrometida en el buen sentido porque "lleva la conversación como ella quiere, y lo que tú le preguntes te lo sabe contestar". Las dos son muy charlatanas, así que para hablar por teléfono es una locura ¡hay que pedir turno!
Como dice Amparo cuando Lola sea mayor no se sabe las necesidades que va a tener y por eso la principal enseñanza que le gustaría transmitirle es que quiera y le tenga mucho respeto a sus padres, y a sus abuelos "que seguro que han bregao mucho con ella, que los abuelos bregamos más con los nietos que los padres" y eso hay que aprender a valorarlo.
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