Los expertos niegan el daño patrimonial de la torre Pelli
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M. Ruiz Rico, Sevilla Actualizado 28/01/2010 23:17
La comisión del Ministerio de Cultura alerta de la «marca excesiva» del rascacielos.
La comisión del Ministerio de Cultura para el estudio del impacto de la torre de Cajasol sobre el Patrimonio de Sevilla ha concluido que el rascacielos de 178 metros que se está construyendo en la Cartuja no tiene un impacto visual directo sobre la Catedral, el Real Alcázar y el Archivo de Indias, los bienes declarados por la Unesco Patrimonio Mundial en 1987.
El comité, formado por cinco expertos propuestos por el Ayuntamiento, la Junta y el propio Ministerio de Cultura, alerta, sin embargo, de que el tamaño de la torre diseñada por el arquitecto César Pelli "supone una marca excesiva, indudablemente negativa" respecto al territorio de transición entre la Cartuja y Camas, un hecho que "demanda una configuración más atenta al diálogo con la ciudad histórica".
En cuanto a la legalidad, todo está conforme a las normativas vigentes, apostilla la comisión, que centra sus recomendaciones en plantear que no se reduzca la denominación de patrimonio sólo a los recintos -sino que se incluyan también "todos los componentes del paisaje histórico urbano (...) que dieron a Sevilla relevancia universal" en la llamada zona de amortiguamiento- así como en recomendar "un área de protección" para los tres monumentos declarados Patrimonio Mundial, puesto que "la evolución del concepto de patrimonio y el creciente papel atribuido a la noción de paisaje cultural han evidenciado la obsolescencia de la Declaración de 1987 de la Unesco" por la que la Catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias recibieron esa calificación.
En cuanto a la situación de la construcción de la torre, la comisión cuestiona el papel de la Unesco y le solicita "un protocolo de intervención preventivo" para que "la consulta y evaluación" del proyecto se realice en la fase de planeamiento urbanístico. Así, añade el informe de la comisión, no se provocarán "situaciones de inseguridad jurídica para los promotores en la fase del proceso en la que el proyecto cuenta con todo el soporte legal".
Cajasol, la promotora del edificio, y el Ayuntamiento de Sevilla no dudaron en celebrar el informe. El documento, aseguraron, les da la razón puesto que confirma que el rascacielos es legal y no afecta al patrimonio histórico de la ciudad. Más cauto se mostró el delegado provincial de Cultura, Bernardo Bueno, quien reclamó "una reflexión a las instituciones y agentes implicados en el debate para que analicen el contenido de la resolución en su ámbito interno".
La Consejería de Cultura elevará la resolución de la comisión de expertos al Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco de cara al cónclave que este organismo celebrará en Brasil el próximo mes de junio.
La comisión fue un encargo propuesto por el Ministerio de Cultura después de que el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, que se reunió el pasado junio en Sevilla, le pidiera a España como estado miembro de la Unesco que realizase una evaluación del impacto de la torre sobre los edificios que son Patrimonio de la Humanidad desde 1987.
La Unesco no dudó en pedir -aunque sin éxito- la paralización de las obras hasta que no se conocieran los resultados del estudio tras un informe elaborado por el comité español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), una ONG que asesora sobre esta materia al organismo internacional.
Icomos pretendía que se retirase la propuesta de construcción de la torre bajo amenaza de incluir a Sevilla en la lista de patrimonio mundial en peligro.
La comisión del Ministerio de Cultura llevaba trabajando en el informe desde julio del año pasado y tenía como fecha límite para entregarlo el 1 de febrero.
El comité está presidido por Javier Rivera, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Alcalá de Henares; Juan Miguel Hernández de León, catedrático de Arquitectura en la Universidad Politécnica; Carlos García Vázquez, catedrático de Arquitectura en la Universidad de Sevilla; Pablo Diáñez, profesor de Arquitectura de la Universidad de Sevilla, y Jaime Montaner, arquitecto. Salvo el presidente, todos sus miembros son arquitectos. Cajasol quiere terminar la torre a finales de 2011.
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