Viernes, 26-09-08
Después de las decisiones tomadas en el Pleno municipal del día 19 de septiembre de 2008, y ante mi insistencia, no contestada por el gabinete del Sr. Alcalde, para definir el motivo de la entrevista concertada, he decidido dar por terminadas mis relaciones con ese Ayuntamiento y comunicar a los sevillanos el fracaso de mi gestión, durante doce años, con los políticos de turno de esa ciudad para que mi colección de cerámicas de Triana, denominada «Colección Carranza», quedara ubicada definitivamente en la ciudad de Sevilla. Ese era mi sueño, pero la realidad fue que al despertar todo quedó en eso, en un sueño.
Los políticos con mando en esa plaza han jugado hasta el final con un hombre octogenario, un hombre que dedicó la parte mas importante de su vida en recopilar muchas de las piezas de la historia cerámica del barrio de Triana. Ellos, algunos políticos, me han ninguneado en perjuicio del pueblo de Sevilla; me prometieron, me ofrecieron y no han sabido cumplir con la palabra dada. Existen al efecto documentos escritos, testigos presenciales de tales promesas, de fechas y horas, promesas que no fueron cumplidas, aunque sí cambiadas a capricho de ellos. No me extraña esta actitud en algunos políticos. A lo largo de mi vida he aprendido de ellos que cuando hablan de cultura lo hacen con facilidad, sabiendo de antemano que la cultura no da votos, y se pueden permitir el lujo de atropellarla.
He de agradecer las muestras de afecto del pueblo de Sevilla, que quedaron plasmadas en libro de oro de la la exposición de 1996, en el convento de San Clemente, donde mostré lo mejor de mi colección de cerámicas de Triana.
Por el contrario, lo que sí debo denunciar muy a pesar mío es la actitud de las instituciones culturales de Sevilla. La cerámica forma parte de la historia desde los orígenes de la creación, y me pregunto dónde están los historiadores sevillanos que permanecen callados ante este atropello.
¿Dónde están las reales academias sevillanas que permanecen calladas ante un patrimonio que se le ofrece al pueblo y que forma parte de su identidad, como es la historia cerámica, y sin costo alguno para las arcas municipales? ¿Dónde están las universidades, dónde se estudia la historia de las civilizaciones y su costumbrismo, dónde tiene un apartado importante la cerámica? Después de una campaña de denuncias en los medios de comunicación sobre la «Colección Carranza», estos han permanecido en silencio. ¿Dónde se esconden esos intelectuales que defienden la libertad de expresión? ¿O es que ellos y los citados anteriormente están en la antesala del pesebre esperando su turno para promocionarse ? Y por ultimo, ¿dónde están los de la cultura pancartera?, esos que gritan a favor de la cultura, ¿de qué cultura hablan?.
La cerámica forma parte de la historia de la humanidad y yo no he recopilado durante mas de cincuenta años la cerámica de Triana con el carné de ningún partido político. Soy libre como lo eran los pinceles de los ceramistas trianeros. De esta historia me queda el haber vivido una doble e intensa vida, la humana y la que ha colmado mis ilusiones, las emociones al buscar las cerámicas por donde quiera que fui y una vez conseguidas acariciar sus texturas. El gran amor de mi familia por la cerámica de Triana no tiene cabida en las mentes de algunos personajes de la antigua farsa.
Esta colección o se exhibe donde me prometieron, en el Alcázar, LUGAR QUE NO ELEGÍ YO sin exigir nada a cambio, o jamás se exhibirá ni al completo ni parcialmente.
Vicente Carranza Escudero
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