Cuando la cochambre es de ida y vuelta
Luis Carlos Peris | Actualizado 15.02.2011 - 01:00
VISTO y no visto, levantado que es el asentamiento de indigentes por la autoridad competente, sólo es cuestión de esperar unas horas para comprobarse que dicho asentamiento reaparece con todos sus predicamentos y toda su mugre. Decíamos días atrás que en el corazón de Triana había surgido un asentamiento de gitanos rumanos para martirio de un vecindario que ha de soportar malos olores y, sobre todo, malas formas de comportamiento. Se puso manos a la obra entre la hostilidad de borrachos agresivos que obran con absoluta impunidad por una cuestión inaceptable, la levedad de la Justicia con estos comportamientos. Y viendo cómo está el patio, no sería mala cosa que se arbitrasen los medios necesarios para que el ciudadano se sienta protegido, que no esté al pairo de unos grupos de personas que se saben inmunes y que reinciden en breve tiempo al saber que no les ocurrirá nada.
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