Denuncian carencias y recortes en urgencias de los centros de salud
Trabajadores dicen estar al límite y aseguran que la falta de medios es tal que hay médicos que tienen que llevar los fonendos de sus casas
gloria de la torreabcdesevilla / sevilla
Día 17/03/2012 - 21.34h Carencia de gasas, de compresas, de medicamentos, de instrumental, de uniformes… Los trabajadores de las urgencias extrahospitalarias en Sevilla están al límite. Según han denunciado en un comunicado un grupo de médicos, enfermeros y celadores conductores del Dispositivo de Cuidados Críticos y Urgencias (DCCU) del Distrito Sanitario Sevilla (que comprende las urgencias de los centros de salud de la capital) , la gestión que el equipo directivo está haciendo de este servicio está condicionando su adecuada prestación a la ciudadanía. Y es que, además del desabastecimiento generalizado, estos profesionales señalan «la política de cargos directivos a dedo, la opacidad entorno la productividad, el incumplimiento sistemático de los turnos de trabajo y las vacaciones, junto con la creciente inseguridad», como punta del iceberg de la situación extrema a la que hacen frente cada día en sus puestos de trabajo. También señalan el acoso y la indiferencia de la dirección del DCCU, de la actual y de la anterior.
En el documento, firmado por trabajadores de diferentes centros de salud donde están ubicados algunos de los Dispositivos de Cuidados Críticos y de Urgencias de la capital hispalense —Pino Montano, Ronda Histórica, Triana, Torreblanca, Parque Alcosa, entre otros— afirman que es frecuente el desabastecimiento de medicamentos y de material en puestos periféricos y móviles. Esto provoca situaciones como que un paciente en urgencias a las dos de la mañana necesita una pastilla y el médico tiene para darle una receta para que se vaya a una farmacia de guardia, que no haya gasas o vendas con más frecuencia de lo deseable o que los propios médicos tengan que llevarse el fonendo de casa porque no hay. Además aseguran que no se reponen los materiales averiados de puestos Móviles que quedan durante semanas y meses «infradotados».
Algo similar ocurre con la falta de vestuario para el personal, que por ley tiene derecho a dos uniformes y un calzado y que desde hace años no se dota. Esto escama a los trabajadores a los que les hace pensar «que esas partidas pudieran haber sido desviadas a otros conceptos», tal y como recoge el documento. Pero hay más aspectos en los que a los trabajadores les preocupa la falta de transparencia. De hecho señalan asimismo «el cinismo y la opacidad» en el reparto de las partidas económicas recogidas en el «oscuro y manipulable concepto de productividad», por la que los cargos directivos cobran cantidades que multiplican por 60 las recibidas por otros profesionales que están en primera línea de la atención sanitaria. Esto provoca situaciones como que la productividad de un celador no supere los 300 euros mientras la de un directivo alcanza los 20.000 euros. Anteriormente se hacían públicas las listas por productividad pero en 2011 eso cambió bajo motivos de confidencialidad. Tampoco son públicos ni los criterios aritméticos que se siguen ni los totales a repartir por categoría.
Los profesionales insisten en que tampoco se respetan las jornadas de trabajo y de vacaciones, tal y como está establecido en las leyes. En 2011 la dirección del DCCU aumentó en 40 horas anuales la jornada y las 1.353 horas —jornada máxima permitida y de la que ya ha habido sentencias al respecto—se convirtieron en 1.392. Para este año pretenden que a esas horas los trabajadores le sumen los cursos y reuniones hechos en su tiempo libre. Según ha podido saber ABC, existen proyectos para retrasar la apertura de los centros una hora.
Nombramientos a dedo
De los nombramientos, los trabajadores denuncian que se realizan «a dedo» incumpliendo la legislación en materia de convocatoria pública y por afinidad política, así como que se reservan plazas concretas para los directivos cesantes. Al parecer se han creado dos puestos de técnico interino para los que se piden un determinado proyecto, una entrevista personal y haber estado un periodo de tiempo en un puesto específico. La anterior directora del DCCU, tras ser cesada, no volvió a su plaza en Torreblanca sino que pasó a Triana. Al nuevo director le han enviado 15 escritos desde febrero sin tener respuesta alguna.
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