Muchas son de especialistas en timos; otras son deformaciones de hurtos y pérdidas para cobrar la póliza
josé l. garcía / sevilla
RAFAEL CARMONA
Oficina de denuncias de una comisaría de Policía
Unos apuntan a que es fruto de la crisis, otros prefieren hablar de picaresca, e incluso los hay que se inclinan por un exceso de confianza de los herederos de Rinconete y Cortadillo. Pero, sea como sea, el caso es que falsas denuncias sobre hechos delictivos que nunca existieron se están incrementando de manera tal que, si no se les pone freno, llegarán a final de año con un incremento del trescientos por ciento sobre las cifras con las que cerró el año 2010.
Los números cantan, ya que si durante el pasado año la Policía detectó 114 simulaciones de delito, en el primer bimestre de 2011 estas cifras alcanzaban ya los 62 casos detectados.
Por comisarías, la que más casos ha puesto al descubierto este año, con sus correspondientes detenidos por simulación de delito, ha sido la de Nervión, que en los dos primeros meses de 2011 superaba en tres los 17 casos esclarecidos a lo largo del pasado año. En cifras acumuladas al 30 de abril, esta misma comisaría lleva detectados 35 casos, lo que supone el 30,7 por ciento del total de los descubiertos en 2010 por las seis comisarías de Sevilla.
Pormenorizados, los 114 casos de 2010 se reparten de la siguiente forma: Comisaría de Centro, 42 —con 43 detenciones—; Macarena, 26 casos; Nervión, 17; Triana, 17; Este-Torreblanca, 9, y Sur, 3 casos.
El reparto de las 62 simulaciones de delito descubiertas en el primer bimestre del presente año fue el siguiente: Nervión, 20 casos; Centro, 15; Triana, 12; Macarena, 10, Este-Torreblanca, 4, y Sur, un solo caso.
Las cifras corresponden a casos resueltos, lo que equivale en la práctica a un número muy similar de detenidos por inventarse un delito inexistente.
Las características de las denuncias presentadas por las supuestas víctimas hace difícil establecer una estadística sobre el número real de denuncias falsas que se tramitan en Sevilla, si bien especialistas en la materia consideran que el número puede duplicar al de casos resueltos.
Tirones y atracos callejeros en los que el asaltante se lleva dinero, teléfonos móviles, cámaras fotográficas y pequeños aparatos electrónicos, incluidos ordenadores, son los hechos delictivos sobre los que suele sustentarse una denuncia falsa. En este sentido, al margen de aquellas personas que se han especializado en inventarse delitos inexistentes, los investigadores también suelen toparse con situaciones reales pero magnificadas para conseguir que entren dentro de la cobertura que ampara un seguro de hogar. Es el caso de aquellas personas que pierden el bolso o la cartera por extravío o como consecuencia de un hurto. Esos casos no los cubre la póliza, pero si ese hecho se «transforma» en un robo con violencia, la indemnización del seguro está garantizada.
Lo que las falsas víctimas no saben es que, al mismo tiempo, en caso de ser descubiertos, lo que también se están garantizando es un paseo por comisaría, un calabozo, una reseña de huellas dactilares como cualquier delincuente y un juicio posterior, como autores de una estafa al seguro.
Esa suele ser la gran sorpresa de quienes son descubiertos en esta práctica delictiva. «La mayor parte de ellos denuncian porque creen que no vamos a investigar, pero acaban llevándose la sorpresa de que sí que investigamos cada denuncia», afirma un policía de amplio bagaje profesional, acostumbrado a encontrarse con al rostro de la sorpresa cuando los denunciantes —en un gran porcentaje mujeres— pasan de víctimas a imputados.
A partir de ese momento, la reacción de los imputados suele ser una mezcla de vergüenza y sorpresa, sobre todo ante el hecho de ser descubiertos en una práctica que consideran común. «De hecho —afirma el funcionario—, cuando los detenemos suelen decir que lo que ellos han hecho lo hace mucha gente».
Especialistas e imaginativos
El notable incremento en el número de denuncias falsas ha llevado a las comisarías de Sevilla a contar con funcionarios dedicados al descubrimiento de estos hechos. Pese a esa especialización en la materia, hay ocasiones en que les cuesta descubrir al autor de una denuncia falsa, pero también hay otras en que la imaginación de los denunciantes es tan escasa que prácticamente son ellos mismos quienes se marcan el camino hacia el calabozo. Son éstos, por lo general, los «profesionales» de la denuncia falsa, que no dudan en repetir hasta la saciedad la misma historia, aunque, eso sí, tengan cuidado en no denunciar siempre en el mismo sitio. No es el caso de un individuo que fue detenido por funcionarios de la Comisaría de Triana y que lleva ya acumuladas diez denuncias por otros tantos «asaltos», siempre en la misma calle e incluso con igual botín por parte del ladrón de turno. Hilando fino en esta «especialización», también los hay que tienen especial cuidado en cambiar de compañía de seguro cada dos denuncias, para lo levantar la liebre; o quienes se dejan llevar por la imaginación y reflejan en su denuncia que los asaltaron en una calle muy transitada, a las dos de la tarde, unos individuos armados con navajas y ocultos con pasamontañas.
Las denuncias falsas presentadas para estafar al seguro se triplican en un año - abcdesevilla.es
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