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Triana, 12 del mediodía y ni un solo rincón donde dé algo de sombra. Cruzar a la otra orilla resulta casi misión imposible. Las mujeres sacan sus abanicos para sofocar los calores y los hombres utilizan las manos para tapar como pueden los rayos del sol. De pronto, una masa amarilla cargada de paraguas empieza a desfilar por el Puente de Triana. Caras de sorpresa, otras de alivio y algunas de incertidumbre. Los vecinos del barrio comenzaban a preguntarse qué hacía tanta gente portando un paraguas con 40 grados de temperatura. La respuesta no se hizo esperar. El comando de chicos de amarillo formaban parte de la campaña que Cruzcampo Radler está llevando a cabo en España, Expertos contra el calor.
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